La vida se va llenando de recuerdos
de momentos felices que iluminan
mi pupila de luz,
y de otros amargos que preferiría olvidar
para no ensombrecer el camino recorrido.
No es fácil mantenerme en el camino,
se pierde a veces el equilibrio
y parece que voy a rodar
por el despeñadero,
y es que cuando una cree que lo tiene todo
para llegar a la cima
un viento huracanado
azota sin piedad...
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